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NOAA confirma la presencia de La Niña y alerta sobre sus posibles efectos en Chile

 

El Centro de Predicción Climática de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) ha confirmado que las condiciones del fenómeno climático conocido como La Niña están oficialmente presentes. Este evento, que afecta los patrones climáticos a nivel mundial, genera especial interés en regiones como Chile debido a sus posibles repercusiones en las precipitaciones y temperaturas.

¿Qué es La Niña y cómo afecta a Chile?

La Niña se produce cuando las aguas del océano Pacífico ecuatorial se enfrían más de lo habitual, lo que altera la circulación de vientos, lluvias y temperaturas en distintas zonas del planeta. Según la NOAA, este fenómeno intensifica los vientos alisios, desplazando grandes cantidades de agua cálida hacia Asia y permitiendo que en la costa oeste de América aumenten las surgencias de aguas más frías y ricas en nutrientes.

En el caso de Chile, La Niña suele estar asociada con un déficit de precipitaciones en las zonas central y sur, lo que puede agravar problemas de sequía, mientras que en el norte del país podría haber un leve aumento de lluvias. Además, el fenómeno tiende a generar temperaturas más frías de lo normal en todo el territorio. Los registros históricos indican que eventos extremos de sequía en 1924, 1968, 1998 y 2019 coincidieron con episodios de La Niña.

Un episodio débil, pero con impactos potenciales

El actual episodio de La Niña ha sido calificado como débil por los expertos, lo que podría moderar sus efectos típicos en comparación con eventos de mayor intensidad. Según la NOAA, esto significa que, aunque las condiciones del fenómeno están presentes, es menos probable que cause impactos severos como en ocasiones pasadas. Sin embargo, los efectos específicos de La Niña pueden variar dependiendo de otros factores climáticos locales y globales.

Duración esperada de La Niña

El informe de la NOAA señala que las condiciones de La Niña persistirán durante el verano y el otoño del hemisferio sur, con una probabilidad del 59% de que se extiendan hasta febrero-abril de 2025. Posteriormente, se proyecta una transición hacia un estado neutral (ENSO-neutral) entre marzo y mayo de 2025, lo que reduciría la influencia directa del fenómeno en los patrones climáticos globales. A pesar de esta transición, algunos efectos residuales podrían sentirse durante varios meses más.

Un llamado a la preparación

Si bien el actual episodio de La Niña se presenta como menos severo, las autoridades y expertos climáticos destacan la importancia de monitorear su evolución y estar preparados para enfrentar posibles alteraciones climáticas. En el caso de Chile, la disminución de precipitaciones en la zona central podría exacerbar la crisis hídrica que afecta al país, mientras que los sectores agrícolas y energéticos deberán ajustar sus estrategias para enfrentar condiciones climáticas adversas.

Los especialistas recuerdan que, aunque La Niña tiene patrones generales de comportamiento, su impacto puede variar considerablemente según las condiciones locales y globales en desarrollo.

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